El 12 de septiembre, el presidente brasileño, Michel Temer, encabezó un acto en el que el Gobierno ratificó el Acuerdo de París contra el cambio climático, adoptado en diciembre pasado por 195 naciones durante una cumbre realizada en la capital francesa.
En la ceremonia, celebrada en el Palacio presidencial de Planalto y que congregó a ministros, parlamentarios y miembros de grupos de defensa del medio ambiente, Temer afirmó que "el compromiso contra el cambio climático en Brasil no es de un Gobierno, sino que es una cuestión de Estado".
El presidente subrayó más de una vez "no se trata de una cuestión de voluntades de uno u otro Gobierno", con lo que pareció aludir a la crisis que llevó a la destitución de la ahora expresidenta Dilma Rousseff, durante cuya gestión fueron diseñados los compromisos que Brasil adoptó en la pasada COP21 de París.
El año pasado, en la cumbre del clima celebrada en París, Brasil asumió el compromiso de limitar sus emisiones contaminantes anuales a 1.300 millones toneladas de dióxido de carbono para 2025, lo que supondría una reducción del 36,1 % respecto a 2005.
Asimismo, ofreció mantener esa tendencia y reducir sus emisiones a 1.200 millones de toneladas de dióxido de carbono anuales para el año 2030.
Fuente: EFE Verde