Ecuador da un paso más hacia el cambio de su matriz energética: desde 2010, el Gobierno de dicho país ha impulsado ocho proyectos hidroeléctricos.
La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, con una inversión de 2.245 millones de dólares, empezó su andadura a inicios de abril de 2016. Cuatro de sus ocho turbinas fueron activadas y ya pueden aportar 750 megavatios de potencia al sistema de energía del país. Las otras turbinas entrarán en etapa de prueba a mediados de año y cuando operen cubrirán el 30% de la demanda nacional. “Esta es la nueva riqueza que la nación requiere para el nuevo modelo de desarrollo”, dijo el vicepresidente Jorge Glas.
Desde 2010, el Gobierno ecuatoriano ha impulsado ocho proyectos hidroeléctricos con empresas de China, Rusia y Brasil. En 2015 fue inaugurada la central Manduriacu. Otras seis hidroeléctricas, que en conjunto generarán más de 2.800 megavatios de potencia y provocarán el apagón de las termoeléctricas y el ahorro de mil millones de dólares que cuesta su operación anual, entrarán en operación el segundo semestre del año y servirán para cubrir la necesidad de 200 megavatios que cada año demandará el desarrollo de otros proyectos.
Además Ecuador dejará de ser importador de energía y ahora exportará. Solo por la venta de energía a Colombia se espera una rentabilidad de 100 millones de dólares para 2016. También hay una cuota verde en la construcción de estas nuevas infraestructuras. Coca Codo Sinclair reducirá las emisiones de dióxido de carbono en 3,4 millones de toneladas al año y cuando operen todas las centrales se dejarán de emitir 8,2 millones de toneladas de dióxido de carbono al año.