El país ha diseñado un plan de producción responsable para la piña que da soluciones a cuestiones de medioambiente y sostenibilidad
El acuerdo alcanzado en la Cumbre de París contra el calentamiento global exige que países y empresas se vean obligados a actuar con mayor rapidez para alcanzar una producción agrícola más sostenible. Las empresas deben mirar más allá de sus cadenas de suministros, mientras que los agricultores necesitan apoyo para superar ciertos obstáculos como las prácticas agrícolas ineficientes, la falta de inversión y la fluctuación de los precios de las materias primas. Los bosques que nos quedan —considerados los pulmones de nuestro planeta e imprescindibles para frenar el cambio climático— deben ser protegidos. Ha llegado el momento de trabajar conjuntamente para que nuestra producción agrícola sea sostenible, y Costa Rica acaba de hacer historia mostrando al mundo de qué modo se puede lograr este anhelado objetivo.
En 2010 Costa Rica comenzó a estudiar cómo dar respuesta al impacto medioambiental y social provocado por la rápida expansión del sector de la piña. El país estableció entonces la Plataforma Nacional de Producción y Comercio Responsable de Piña en Costa Rica, diseñada para articular y promover el diálogo entre todos los actores vinculados a la producción y comercio de esta fruta. Liderada por el Gobierno y apoyada por la iniciativa Green Commodities del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), esta plataforma movilizó a 900 personas representantes de grandes empresas como TESCO y Walmart, y también a pequeños agricultores, comerciantes, instituciones gubernamentales y sociedad civil.
Este grupo articuló un Plan de Acción para el fortalecimiento de la producción y comercio responsable de piña en el país. Este plan inédito, plantea 12 líneas de acción que, en su conjunto, representan una respuesta nacional a los problemas existentes, y que ahora es compartida por todos los actores que la concibieron. De hecho un comité de seguimiento también compuesto por gobierno, sociedad civil y empresarios supervisará su ejecución final. Este Plan cuenta además con el más alto nivel de reconocimiento ya que recientemente el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, hizo el anuncio oficial con la firma de un decreto.
Costa Rica se ha convertido así en el primer país en concebir y adoptar una repuesta nacional de tal envergadura y ahora está marcando el camino a seguir por otros que ya preparan planes similares.
Estos esfuerzos son importantes porque ofrecen soluciones concretas a las empresas que desean ir más allá de los esquemas de certificación o la responsabilidad social corporativa a la hora de hacer frente a cuestiones de medioambiente y sostenibilidad. Este marco les facilita fórmulas para incorporar prácticas sostenibles en sus propias cadenas de producción y hacerlo junto a gobiernos, agricultores y sociedad civil.
Los cambios necesarios sólo serán reales y duraderos cuando más países desarrollen respuestas nacionales similares a la de Costa Rica para solucionar los graves problemas de la producción agrícola. Este esfuerzo situará a los pequeños agricultores en una mejor posición para expresar sus preocupaciones, compartir sus conocimientos y obtener el respaldo que necesitan. Así está ocurriendo ya en Costa Rica, donde la mayoría de los productores de piña son pequeños agricultores que muy pronto tendrán acceso a formación y otras medidas de apoyo establecidas para mejorar sus prácticas e ingresos.
Si de verdad queremos cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hacer frente al cambio climático, aboguemos porque el ejemplo costarricense de respuesta nacional a los problemas sociales y medioambientales se convierta en una norma para la producción agrícola en todo el mundo.
Artículo elaborado por:
Edgar Gutiérrez, ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica
Luis Felipe Arauz, ministro de Agricultura y Ganadería de Costa Rica
Alice Shackelford, representante residente del PNUD y coordinadora residente de la ONU en Costa Rica.