Un grupo internacional de científicos de la Universidad de Leicester y del servicio geológico británico (British Geological Survey) está estudiando si la actividad humana ha conducido al planeta a una nueva era geológica, el Antropoceno, y se preguntan si esta es visiblemente muy diferente del Holoceno, que durante los últimos 11.700 años ha permitido al ser humano desarrollar su civilización. El estudio se publica en la revista Science.
¿Hasta qué punto la actividad humana ha dejado huellas significativas en los estratos geológicos recientes? Y, si es así, ¿cuándo se hizo reconocible esta huella? Lo que es un hecho es que el 75% de la superficie terrestre no cubierta por hielo no está en su estado original, sino que son paisajes originados por la acción del ser humano, de manera directa o indirecta.
El doctor Colin Waters, uno de los autores del estudio y geólogo del British Geological Survey, afirma que para definir unidades de tiempo geológico es necesario que éstas estén represendatas por señales que se puedan observar en rocas, sedimentos o en el hielo, es decir, que tengan una expresión física.
El Holoceno ha sido una etapa durante la cual las sociedades humanas han avanzado al domesticar, gradualmente, la tierra y los animales para producir alimentos, construir asentamientos urbanos y beneficiarse de los recursos del planeta, como el agua, los minerales y la energía. Sin embargo, esta nueva era, el Antropoceno, está marcada por el rápido cambio medioambiental provocado por el impacto del aumento de la población humana y el incremento del consumo durante la 'Gran Aceleración' de mediados del siglo XX. Esta época coincide con un fuerte crecimiento de la actividad económica y el consumo de recursos.
La extinción de especies, el aumento de animales domesticados y plantas cultivadas y la gran mezcla de especies entre los continentes son los principales indicadores que marcarán la diferencia entre el Holoceno y el Antropoceno, y no pueden revertirse aunque el cambio climático dé marcha atrás. "El cambio climático se puede detectar indirectamente a través de indicadores como la ratio de isótopos de oxígeno, que cambia con el aumento de la temperatura, o los sedimentos que registran las inundaciones de zonas costeras allí donde el nivel del mar está creciendo", señala Waters.
Asimismo, el geólogo afirma que los humanos han influido desde hace mucho tiempo en el medio ambiente. "La diferencia es que en las últimas décadas ha habido una rápida proliferación de nuevos materiales como el aluminio, el hormigón o los plásticos que están dejando huella en los sedimentos". Además, añade que esto coincide con la dispersión de partículas producidas por los combustibles fósiles, o la radiación generada por las pruebas con armas nucleares.
La modificación del proceso de sedimentación que ha llevado a cabo la acción humana también ha influido. Según explica Waters, el cultivo y la construcción de carreteras pueden acelerar el proceso de erosión y el transporte de sedimentos a los ríos. Al mismo tiempo, la construcción de grandes presas -al ritmo de una presa al día durante los últimos 60 años- limita la cantidad de sedimento que llega al océano. "Por otro lado, hemos generado una nueva fuerza geológica: una gran transferencia de sedimentos a lo largo del planeta, al llevar minerales desde sus zonas de origen hasta las ciudades para mejorar la construcción y el consumo".
En palabras de Jan Zalasiewicz, de la Universidad de Leicester, todo esto demuestra que hay una realidad subyacente con respecto al concepto del Antropoceno.
Los impulsores del cambio
Las fuerzas humanas responsables de muchas de estas marcas antropogénicas son producto de tres puntos relacionadas entre sí: el desarrollo tecnológico acelerado, el rápido crecimiento de la población humana, y un incremento en el consumo de los recursos. Esta combinación ha dado lugar a un aumento del uso de metales y minerales, combustibles fósiles, fertilizadores agrarios, y la modificación de la tierra y los ecosistemas costeros para uso humano. El principal resultado ha sido la pérdida de paisajes bioclimáticos para dar paso a la agricultura, carreteras, ciudades y otras construcciones humanas. También se ha reemplazado la vida salvaje por animales y plantas domesticados para cubrir las necesidades crecientes de alimento.
Los principales indicadores del comienzo del Holoceno no estaban directamente influidos por las fuerzas humanas, y esa es la diferencia fundamental con la planteada época del Antropoceno. Los humanos han tenido una influencia creciente en los estratos geológicos a lo largo del Holoceno según iba aumentando la población. El CO2 de la atmósfera comenzó a aumentar gradualmente con el inicio de la agricultura y la deforestación, pero no fue hasta el 1800 aproximadamente, coincidiendo con la Revolución Industrial, que la población mundial empezó a crecer de manera más rápida y, por lo tanto, a dejar más huella en la Tierra.
"Lo que estamos sugiriendo es que la escala de cambios de la que estamos siendo testigos es tan grande, o incluso más, que la magnitud de los cambios vividos que dieron comienzo al Holoceno, así que según nuestro punto de vista el Antropoceno debe tener el mismo nivel jerárquico que el Holoceno", sostiene Colin Waters. Si la Subcomisión de Estratigrafía del Cuaternario aprueba estos cambios, significaría que el Holoceno ha dado paso al Antropoceno.
En el estudio, donde también participan 24 miembros del Anthropocene Working Group, se defiende la idea de que los humanos han cambiado el sistema de la Tierra lo suficiente como para producir un gran abanico de señales en los sedimentos y en el hielo, y estas son lo bastante singulares para justificar el reconocimiento de una era Antropocena en la Escala del Tiempo Geológico.
Durante el año 2016, el Anthropocene Working Group recopilará más datos del comienzo de esta era para informar sobre si se debería reconocer oficialmente y, de ser así, cómo se debería definir y calificar.
Fuente: Diario El Mundo (España)