Primer Congreso de Tecnologías Agropecuarias, realizado el 22 y 23 de septiembre en Managua, reunió a expertos de diferentes países para discutir acerca de medidas para enfrentar el cambio climático y la sequía que azota a América Central.
El congreso contó con la participación de los directores de institutos nacionales de investigación de la región y el Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC), encabezado por los ministros de Agricultura de la región.
En los dos días de reunión, se trataron diversos temas como las ventajas y desventajas del uso de transgénicos en la producción agropecuaria; las mejores variedades de semillas e insumos para enfrentar el cambio climático; sistemas de riego eficientes; tecnología en la producción animal para enfrentar los efectos de la sequía en el corredor seco de Nicaragua, entre otros.
La falta de lluvias afecta especialmente al llamado “corredor seco” centroamericano, un enorme territorio semiárido que abarca las costas pacíficas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Es así que la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió el pasado 14 de septiembre de que varios países de América Central han perdido una gran parte de su cosecha de cereales por la prolongada sequía asociada al fenómeno de El Niño, lo que ha llevado a numerosos agricultores a necesitar ayuda.
La FAO destacó que la producción se ha reducido severamente por segundo año consecutivo en la región, sobre todo en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Según las predicciones, la cosecha de maíz ha disminuido hasta un 60% en ciertos países y la de frijoles, un 80%, durante la principal temporada del año, que va desde mayo hasta septiembre.
La FAO recordó que el Consejo Agropecuario Centroamericano ha declarado el estado de alerta después de que cientos de miles de agricultores hayan sufrido la pérdida parcial o total de sus cultivos plantados para esta época del año.
La sequía asociada al fenómeno de El Niño, un fenómeno meteorológico caracterizado por el calentamiento anormal de las aguas superficiales en el Pacífico oriental, hace que se retrase la siembra, se reduzca la superficie sembrada y se frene el desarrollo de los cultivos. Se espera que la sequía continúe hasta principios de 2016 y que los descensos de producción sean particularmente fuertes en El Salvador, cuyas pérdidas se estiman en 28 millones de dólares, y en Honduras.
Con información de La Prensa (Nicaragua)