Investigación publicada esta semana en la revista Nature Climate Change señala que aumento de las temperaturas está obligando ya a numerosas especies a cambiar sus hábitos y a desarrollar nuevas estrategias para buscar alimentos.
La investigación ha realizado proyecciones hasta el año 2100 para 12.796 especies, doce veces más que los estudios que se habían llevado a cabo hasta ahora. Los autores sostienen que el calentamiento de los océanos causará cambios profundos en la distribución global de la biodiversidad marina y afectará a los recursos pesqueros, aunque predicen que muchas de las especies serán capaces de adaptarse y sobrevivir. Las que viven en zonas tropicales o cerca de ellas tienen mayores posibilidades de extinguirse.
«El principal mensaje de nuestro artículo es que, indiferentemente del camino seguido en cuanto a las emisiones, el calentamiento de nuestros océanos promoverá la relocalización de muchas especies. Algunas regiones experimentarán pérdidas de biodiversidad, particularmente en los trópicos, pero otras muchas ganarán más especies de las que perderán», explicó Jorge García Molinos, coautor del estudio e investigador del Instituto Nacional de Estudios Medioambientales de Japón (NIES).
Este fenómeno, añade, «provocará una homogeneización de las comunidades marinas entre distintas regiones y pondrá en contacto especies que hasta ahora ocupaban nichos ecológicos distintos».
Uno de los efectos de estos cambios será la redistribución de los recursos pesqueros: «Conforme las especies se desplacen en respuesta al calentamiento del mar, éstas pasaran de unas aguas territoriales a otras, generando cambios no sólo en aguas de cada país, sino también en el reparto entre países de las pesquerías, lo cual exigirá nuevos acuerdos comunitarios e internacionales en materia de explotación conjunta y acceso a recursos pesqueros. Por ejemplo, la fuerte expansión prevista del bacalao atlántico hacia aguas más frías y profundas del norte de Europa (tales como Islandia o Noruega), continuando una tendencia ya constatada, hará que los acuerdos de acceso pesquero e importaciones con estos países sean cada vez más importantes para Europa», señaló el experto.
Aunque el investigador señala que no se puede hablar de grados centígrados o plazos concretos, «lo que sí está claro es que, aunque los efectos globales del cambio climático sobre la biodiversidad marina son claros para ambos escenarios, éstos son de mucha menor intensidad para el escenario más moderado del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC)». Esto corrobora la importancia y la urgencia de limitar las emisiones actuales de gases invernadero».
Por un lado, resume John Pandolfi, investigador de la Universidad de Queensland (Australia) y coautor del artículo, este estudio invita a la esperanza porque muestra que las especies tienen el potencial de detectar los cambios en el clima y reaccionar ante ellos. Por otro lado, «nos da motivos para la preocupación, particularmente en los trópicos, donde se prevé que se produzcan grandes pérdidas de biodiversidad», apunta.
«Los efectos del cambio climático sobrepasarán las fronteras jurisdiccionales», dicen los autores. Por ello, para paliar la pérdida de especies subrayan la necesidad de que los países cooperen y lleven a cabo planes de mitigación que permitan anticiparse a esos cambios que afectarán a los ecosistemas.