Tomado de la Página web ConexiónCOP
Fotografía de Flickr de DGTX
En los últimos años se ha convertido en el medio de transporte por excelencia para luchar por el cambio climático, es la favorita en las ciudades que han optado por un desarrollo económicamente sostenible y ayer cientos de ciclistas salieron a las calles de todo el mundo para festejar su día. La bicicleta es cada vez más usada en Latinoamérica y son Argentina, Colombia, Perú, México y Chile los países que, en la actualidad, la han elegido como medio de transporte alternativo para mitigar el calentamiento global.
El manual integridad de movilidad ciclista para ciudades mexicanas señala que la posibilidad de lograr una transformación hacia ciudades saludables, equitativas, competitivas y sostenibles está directamente relacionada con renunciar al modelo urbano de desarrollo que fomenta el uso indiscriminado del automóvil. Además, indica que en las ciudades mexicanas, el transporte es la fuente principal de emisiones contaminantes, con 75% del volumen total de las emisiones a la atmósfera.
Xtabai Padilla, del Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP), sostiene a ConexiónCOP que en los países como México el uso de la bicicleta ha sido una reciente inclusión dentro de sus políticas de mitigación. Allí, el número de viajes en este modo de transporte alcanza, de momento, alrededor de un 2%; mientras que, en Ámsterdam, seis de cada diez viajes (60%) se realizan en bicicleta.
“Inicialmente fue concebida como un modo de transporte y, a medida que ha aumentado el uso del automóvil y la quema combustibles fósiles, que son los principales causantes del cambio climático, la bicicleta se ha convertido en un emblema de la movilidad sustentable, accesible para grupos de ciclistas, ambientalistas y organizaciones no gubernamentales”, subraya Padilla.
Bicicleta para aminorar los GEI
En el 2010, más del 50% del consumo primario de petróleo en todo el mundo se utilizó para satisfacer el 94% de la demanda energética del transporte. El transporte representa alrededor de la cuarta parte de las emisiones globales de carbono procedentes de la energía. En este contexto, el cambio se plantea como una solución para la reducción de GEI en el sector. Si una persona cambia, por ejemplo, el 1% de la distancia recorrida en coche a bicicleta, reduce entre 2% y 4% el consumo de enérgico y, por ende, de las emisiones de GEI.
Los resultados dependen de otras políticas de transporte y desarrollo urbano adicionales, como la integración con un sistema de transporte público eficiente y la gestión de la demanda del uso del automóvil privado, entre otros.
Padilla explica que algunos estudios proyectan que en las ciudades en las cuales la participación modal del transporte público, a pie y en bicicleta, es mayor del 55%, estas dejan de emitir 2,4 toneladas de CO2 al año.
Sandra Lorena Franco, consultora en bosques y conservación ambiental, sostiene que la sociedad está reflexionando sobre las acciones puntuales que se pueden desarrollar para mitigar los impactos del cambio climático, y que el uso de la bicicleta es una alternativa para disminuir los GEI generados por vehículos en movimiento.
“Si se utilizaran más bicicletas y menos automóviles, se disminuirían considerablemente las emisiones de CO2 que se producen con esta actividad, lo que implica que el smog fotoquímico característico de las urbes también se reduciría y la calidad del aire sería mucho más saludable. La bicicleta es un medio de transporte económico y dinámico que permite disfrutar del paisaje urbano o rural, ejercita el cuerpo, es fácil de aparcar y no requiere tantos cuidados como un automóvil”, indica.
El futuro con la bicicleta
El manual integridad de movilidad ciclista para ciudades mexicanas indica que las ciudades del futuro ofrecerán a sus habitantes la posibilidad de contar con múltiples alternativas de transporte, cada una adecuada al tipo de desplazamiento que se requiera, facilitando un estilo de vida intermodal. Los autos juegan un rol en este panorama, pero no es el principal ni tampoco el único modo de transporte. Debido a ello, las ciudades deben ofrecer una variedad de alternativas para que existan todas las posibilidades: realizar traslados a pie, en bicicleta o en transporte público eficiente.
Uno de los ejemplos de ciudades que promueven el uso de la bicicleta como medio alternativo de transporte es Cali, en Colombia, el Plan Lleva busca que el uso de los automóviles sea compartido. Allí, además, se proyecta hacer una ruta para conectar a todas las universidades con señalización para el uso de ciclorutas, y se están realizando pruebas con vehículos eléctricos.
En Lima, Perú, cinco distritos integrarán sus ciclovías y crearán un sistema integrado de préstamo de estas unidades, como lo informa un reportaje de El Comercio.
Al respecto, Sandra Lorena Franco sostiene que la Unión Europea lidera gran parte de iniciativas y campañas frente al uso de la bicicleta como transporte sostenible.
“América Latina también está comenzando a recuperar la cultura del uso de la bicicleta, incentivando a los ciudadanos a dejar en casa su automóvil y a tener un día sin carro o promocionar ciclopaseos, o señalizar espacios viales para respetar a los ciclistas, entre otros”, sostiene.