Noticia tomada del Díario La Razon
En la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea, en junio en Bélgica, se espera la asistencia de 61 jefes de Estado y de Gobierno. Mientras la primera se centró en “colaboración en materia comercial”, la de 2015 se prevé enfocarla hacia el “diálogo político sobre iniciativas orientadas hacia los ciudadanos” (sitio web del Consejo Europeo).
El 10 y 11 de junio de 2015, en Bruselas, Bélgica, tendrá lugar la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE). Se trata del encuentro de 61 jefes de Estado y de Gobierno de ambos bloques. Con fines de coordinación, la semana pasada estuvo en Bolivia Hugo Monteiro Brilhante Sobral, responsable de la Unión Europea para la cumbre. Una vez que la Celac hoy es reconocida por la UE como el “primer interlocutor” en Latinoamérica, la cita de Bruselas se prevé sobre todo para definiciones políticas, tanto en la cooperación birregional como en la intención de constituir, Latinoamérica y Europa, un solo bloque ante diversos problemas globales, destaca Sobral.
— Con la primera cumbre en Chile en 2013 y la de junio de este año, sin duda estamos ante una nueva etapa de la relación Latinoamérica-Europa.
— Esta será la segunda cumbre con CELAC, después de la de Santiago de 2013, pero ya es la octava entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe. El proceso se inició en 1999, pero es verdad que a partir de Santiago se transformó, y ahora nuestro primer interlocutor en la región es la CELAC. Me gustaría decir también que antes de la creación de la CELAC, la UE ya tenía este diálogo con los países latinoamericanos que hacen parte de la CELAC. En cierta medida, nuestra relación ha anticipado la formación, la creación, de la CELAC. Nuestra relación también tiene que reflejar los cambios que se han producido en la última década. Empezamos el 99, pero desde el 99 muchas transformaciones tuvieron lugar en Europa y en América Latina. La UE se ha ampliado, ahora son 28 estados miembros, atravesó una crisis de la que ahora está saliendo, y aquí, en América Latina y el Caribe, en la última década también hubo muchos cambios: un periodo de crecimiento económico, de reducción de desigualdades, de integración regional.
— A los temas que ya se manejan, apoyo económico, a la microempresa, lucha contra las drogas, migración... ¿cuáles son los nuevos asuntos para Bruselas?
— Los temas que ha mencionado siguen siendo importantes en la cooperación birregional; pero también hay nuevos. Hay una petición de parte de los países de la región para que nos concentremos en los temas del talento humano, educación superior, transferencia de tecnología, investigación y desarrollo; estos son temas de cooperación futura que vamos a enfocar en Bruselas, pero también (veremos) aspectos, digamos, de cooperación política. Una enseñanza de los últimos años ha sido que somos interdependientes, interconectados, y solamente juntos, Unión Europea y América Latina, conseguiremos enfrentar los grandes retos globales, como el cambio climático, la lucha contra tráficos ilícitos. (Habrá) futuras áreas de cooperación en la relación birregional y también los grandes retos globales y cómo cooperar, cómo unir esfuerzos para enfrentarlos. Solo dos datos: ambos bloques son más de mil millones de personas; las dos regiones son un tercio de los miembros de Naciones Unidas; si nosotros unimos esfuerzos, será más fácil conseguir consensos en las discusiones internacionales sobre los grandes temas, y ese también es uno de los objetivos de Bruselas: conseguir consensos.
— Construir una agenda común.
— Construir una agenda común; de hecho el tema principal de la cumbre política de junio será “construir nuestro futuro común y trabajar para sociedades más prósperas, cohesionadas y sostenibles”; el énfasis en construir el futuro común es importante, porque tenemos un pasado común, somos dos regiones muy cercanas; estamos unidos por lazos históricos, por identidad; pero más que por el pasado, queremos construir un futuro común.
— América Latina tiene sus tendencias: la Alianza para el Pacífico, orientada hacia la esfera de Estados Unidos; Unasur, el Alba. ¿Cómo trabajar con este carácter heterogéneo de la región?
— Eso es verdad. No existe una América Latina, existen varias, y hay mucha diversidad también en Europa; pero la relación con CELAC es el marco birregional; después, claro, también desarrollamos relaciones con subregiones y bilateralmente con países, con aquellos más interesados, más dispuestos en cooperar más de cerca.
— Son tendencias económicas. Brasil, por ejemplo, parece más orientado hacia los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). ¿Cómo se dialoga con la región en vista de todo esto?
— Hoy en día, todas las regiones, todos los países intentan diversificar sus relaciones. CELAC, América Latina lo está haciendo. En enero tuvo su primer foro con China. Nosotros, desde la UE no vemos eso como un problema; no tenemos, no queremos una relación exclusiva; nosotros en Europa también tenemos relaciones con otros continentes, África, Asia; por eso, la diversificación no es un problema. Le doy otro dato: la UE es el principal socio comercial de los BRICS. Eso demuestra que, independientemente de las agendas de cada uno, se puede cooperar, se puede trabajar.
— En la relación Europa-América Latina siempre hubo la cuestión del intercambio desigual. ¿Cómo estructuralmente la UE plantea cambiar esta realidad?
— Yo creo que la relación está cambiando, y lo más importante para que se cambie definitivamente es que aquí en América Latina la matriz productiva también se transforme. Desde ese punto de vista la UE es un socio importante, porque nosotros somos el primer inversor en la región; inversiones de calidad, no solo en el sector de los hidrocarburos, los recursos naturales; también en industria, en sectores que generan empleo, empleo de calidad. Una de las grandes marcas de las empresas europeas es la responsabilidad social cooperativa, y creo que es de este tipo de inversiones que América Latina necesita y que la UE puede ofrecer; entonces, yo creo que hay una complementariedad. La UE puede ser cliente de los productos manufacturados latinoamericanos y, al mismo tiempo, a través de sus inversiones, de la integración de las cadenas de valor, puede incentivar la industria y la diversificación de las economías latinoamericanas.
— Bruselas 2015. ¿En lo básico, en qué va a consistir la cumbre?
— Vamos a estructurar la discusión de los jefes de Estado en tres sesiones de trabajo. Una sobre la relación birregional, cuáles son las futuras áreas de cooperación, dónde queremos ir, dónde queremos estar en diez años; una segunda sesión, sobre los retos globales, cambio climático, agenda de desarrollo post 2015, la agenda 2016 sobre drogas; y una tercera sesión, sobre los grandes desafíos geoestratégicos, como el fundamentalismo, el terrorismo. Queremos que exista un diálogo político más cercano entre Europa y América Latina sobre todos estos grandes temas. Vamos a actualizar nuestro plan de acción birregional, que tiene ocho capítulos, queremos añadir otros. Estamos trabajando, por ejemplo, en añadir uno de educación superior, otro de seguridad ciudadana; también vamos a anunciar becas para estudiantes latinoamericanos, programas de investigación que pueden ser utilizados en Latinoamérica. Habrá muchos avances, programas concretos que creo nos ayudarán a construir esta agenda común, que es nuestro objetivo. Para citar a Octavio Paz, ese grande poeta latinoamericano, que decía que “nuestra relación no es tanto una tradición que continuar, como un futuro que realizar”.
— ¿Habrá cumbres empresariales, de académicos, sectores sociales o ciudadanos?
— Sí. La verdad es que esta relación no es solamente una relación entre gobiernos, entre estados; es una relación entre la gente, los pueblos, y por eso, antes de la cumbre política habrá una serie de eventos preparatorios organizados por la sociedad civil, pero que congregarán a académicos, empresarios, parlamentarios, organizaciones no gubernamentales, y todos estos insumos serán importantes para las discusiones después en la cumbre política de los jefes de Estado y de Gobierno.
— Se trata de jefes de Estado, el más alto nivel.
— Son jefes de Estado y de Gobierno; de aquí de Bolivia esperamos la participación del presidente Evo Morales.
Perfil
Nombre: Hugo Monteiro Brilhante Sobral
Nació: 15 de julio de 1976, en Oporto, Portugal
Cargo: Responsable de la Unión Europea para la Cumbre CELAC-UE.
Vida
Titulado en Relaciones Internacionales por la Universidade do Minho, Braga. En 1999 ingresó al servicio diplomático portugués. De 2002 a 2004 fue miembro del Gabinete del Ministro de Relaciones Exteriores, cubriendo Europa del Este, Asia, África, el Mediterráneo y el Oriente Medio. En 2004 fue destinado a la Representación Permanente de Portugal ante la Unión Europea. En 2009 fue miembro del Gabinete del Presidente de la Unión Europea. Desde 2014 es Consejero Principal del grupo de trabajo para la Cumbre EU-CELAC.
Diferendo entre Bolivia y Chile debe ser resuelto pacíficamente
La Unión Europea nació como un “proyecto de paz”, reivindica Hugo Monteiro Brilhante Sobral, consejero principal del Grupo de Trabajo para la Cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE). Así, la posición de principio del grupo con respecto al diferendo marítimo boliviano-chileno es que éste debe resolverse de forma pacífica.
— ¿Cómo ven desde la Unión Europea el conflicto marítimo entre Bolivia y Chile?
— Uno de los grandes logros de América Latina en los últimos años ha sido el fin de los conflictos, conflictos internos, bilaterales, y en eso la CELAC ha declarado a América Latina como una zona de paz; y eso es un grande logro, y es visto con admiración desde Europa; creo que hay que consolidar este logro y lo que sean diferendos bilaterales hay que discutirlos por la vía diplomática, por la vía política y en el marco de los convenios internacionales. Esa es nuestra posición, no tomamos partido; pero tenemos una posición sobre la forma cómo se deben arreglar diferendos bilaterales.
— El principio es el ‘territorio de paz’ para la región.
— La paz es fundamental, la Unión Europea se construyó justamente como un proyecto de paz, después de la Segunda Guerra Mundial y por eso, digamos, apoyamos la paz mundial, y vemos con buenos ojos la consolidación aquí de la paz en América Latina, en todos los países.
— ¿Alguna expectativa especial con Bolivia en la cumbre?
— No. Como le dije, esperamos la presencia del presidente Morales. Tenemos muy buenas relaciones con Bolivia, queremos reforzarlas, que exista un diálogo político más cercano, más fuerte, sobre justamente estos grandes temas globales. Tenemos ya un programa de cooperación, por ejemplo, un sistema de preferencias comerciales que permite a Bolivia exportar sin aranceles para la Unión Europea, pero queremos también consolidar el diálogo político, reforzar las relaciones también desde un punto de vista político, y creo que la presencia del presidente Morales en Bruselas va a ayudar.
— El Presidente por lo común se reúne con movimientos sociales...
— No hubo ningún pedido en particular; pero, como dije, todos los eventos preparatorios de la cumbre los llevan adelante la sociedad civil. Éste es un proceso no solamente de arriba hacia abajo, sino también de abajo hacia arriba.
Fotografía y noticia tomada de La Razón (Edición Impresa) / Iván Bustillos Zamorano / La Paz