Es una verdad ineludible: las islas y los países más pobres del mundo son los más expuestos al cambio climático y a los desastres naturales en la actualidad. Ante ello existe el mecanismo internacional de pérdidas y daños, a través del cual se busca suministrar asesoramiento y apoyo a estas naciones para afrontar los daños producidos por el calentamiento global. A continuación presentamos algunas ideas que ayudarán a entender este mecanismo internacional:
1.- Fue establecido en la cumbre climática del 2013 en Varsovia (Polonia) por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de enfrentar las consecuencias del cambio climático en los países en desarrollo y las islas, que son los más expuestos al calentamiento global.
2.- Se considera daño a la destrucción total o parcial de los activos físicos existentes en la zona afectada. Su valor monetario se toma en base a los precios prevalecientes justo antes del suceso. Asimismo, se entiende por pérdidas a los cambios de los flujos económicos derivados del desastre que ocurren desde el momento del suceso hasta que se alcanza la recuperación económica y la reconstrucción plena. Característicamente las pérdidas incluyen la disminución de la producción de los sectores productivos (agricultura, ganadería, pesquería, industria y comercio), y la reducción de los ingresos y el aumento de los costos de operación de la prestación de servicios (educación, salud, agua y saneamiento, electricidad, transporte y comunicaciones).
3.- A través del mecanismo se solicita a los países desarrollados fortalecimiento y apoyo, incluyendo tecnología y desarrollo de capacidades, para que las naciones vulnerables hagan frente a las pérdidas y daños. Además, indica que las acciones se deben complementar con ayuda de órganos existentes y de grupos de expertos fuera y dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
4.- El plan invita también a los países miembros de la CMNUCC a fortalecer y desarrollar instituciones y redes a nivel regional y nacional, especialmente en los países en desarrollo particularmente vulnerables, para mejorar las acciones para enfrentar las pérdidas y daños de una manera que fomente la cooperación y coordinación entre las partes interesadas pertinentes, y mejore el flujo de información.
5.- El impacto social de los desastres es mayor en los países en desarrollo, donde las poblaciones son más vulnerables y menos resistentes. Por ello, existen dos usos de la evaluación de daños y pérdidas, y la participación del estado es fundamental. Se necesitan definir intervenciones gubernamentales para atender las secuelas inmediatas del desastre con el objetivo de aliviar el sufrimiento humano e iniciar la recuperación económica; a mediano plazo, la evaluación sirve para definir las necesidades financieras para lograr la recuperación y la reconstrucción.
6.- Durante la COP20, y respondiendo al llamado de los Estados más vulnerables frente al cambio climático, se reconoció expresamente al mecanismo de daños y pérdidas y su comité ejecutivo fue confirmado por dos años con una representación equilibrada de miembros de países en desarrollo y desarrollados. Durante la COP21 se espera que sea incorporado en el acuerdo climático global.
Noticia tomada de ConeciónCOP
Fotografía de Flickr de Ali Eminov