Entrevistamos a Johanna Arriagada, Coordinadora de Proyectos PNUD – Oficina de Cambio Climático, del Ministerio del Ambiente de Chile, para hablar sobre la estrategia de ACE en el país.
08.12.2019 · Madrid · España
Desde el Ministerio del Ambiente de Chile, ¿cómo estáis promoviendo la agenda de la Acción por el Empoderamiento Climático?
Llevamos ya un tiempo trabajando en ACE, en realidad. La NDC del 2015 incluía ya algunos temas de capacidades, pero muy difusos, poco claros. Luego de esto trabajamos en el Plan de Acción Nacional de Cambio Climático que va del año 2017 al 2022, y allí había algunos componentes de ACE, pero que en ese momento no los conocíamos como ACE: había un programa nacional de educación, uno de sensibilización, capacitación de técnicos, incorporación de cambio climático a las carreras de las universidades, por ejemplo, pero no era todavía una estrategia completa.
Luego, a partir de eso, comenzamos a trabajar en el Proyecto de Ley de Cambio Climático, donde se establece como uno de sus instrumentos la Estrategia Climática a Largo Plazo. Ya en este borrador de anteproyecto se establecen cinco temas que tiene que incluir esa estrategia, y ahí están incorporados todos los temas de ACE. El proyecto de ley ingresado al Congreso también contiene explícitamente, una parte de acceso a la información pública, participación ciudadana y, más en la estrategia, los temas de educación, sensibilización y cooperación internacional.
Luego de eso, este año 2019 comenzamos a trabajar con la propuesta actualización de la NDC, en el apartado de medios de implementación, se incorporó específicamente, en el compromiso de elaborar una estrategia de desarrollo de capacidades y empoderamiento climático. Y lo que hicimos en esta estrategia -que está disponible en la web y que acaba de finalizar la consulta pública, el 2 de diciembre- fue integrar todos los elementos de ACE: está acceso a la información, participación ciudadana, educación, sensibilización, cooperación internacional y fortalecimiento de capacidades. Y la tarea es poder diseñar esta estrategia hasta el 2020 y comenzar a implementarla el 2021 , con el apoyo de EUROCLIMA+.
La idea de esta estrategia es poder elaborarla con todos los actores que están involucrados, especialmente los jóvenes, que están súper involucrados, que están haciendo algunas protestas, movimientos por el cambio climático, pero también incluir tal vez a los padres de los niños, a los adultos mayores, a la sociedad civil, a la academia, al sector privado, a los profesores. Todavía no tenemos todo estructurado, pero la idea es poder incorporar en la elaboración de esta estrategia a todos los actores.
¿Cuáles son los principales retos con los que os encontráis para impulsar esta agenda en Chile?
En Chile tuvimos un año 2019 bien movido, porque como estaba anunciada la COP25 en Chile, empezaron a aflorar automáticamente y sin mucha organización, diversos eventos de cambio climático desde la academia. En todas las universidades de todo el país había seminarios de cambio climático, el sector privado estuvo haciendo muchos seminarios, y la sociedad civil comenzó a autogestionar distintas actividades que, en aquel momento se trató de llevar un registro desde el equipo de la COP25, pero que será ahora cuando tengamos que encauzarlo, porque todo fue muy espontáneo y no había una organización.
La idea ahora es poder trabajar en estrategia en conjunto para definir cuáles son los primeros pasos; lo siguiente será definir qué tipos de actores vamos a abordar primero. El desafío es poder sentar a todos en la mesa y poder organizar y ponernos de acuerdo entre todos sobre cómo vamos a programar estas actividades
¿Qué avances ha logrado Chile en la promoción de esta agenda de ACE en el país?
Entre los avances principales, creo que están por ejemplo que en temas de educación, en las bases curriculares de tercero y cuarto medio, se incluyó ya específicamente cambio climático, y eso va a hacer que en todos los textos de estudio y seguramente en ciencias, tengan que integrar el tema cambio climático en sí. Desde pre-básica están incluidos los temas asociados cambio climático, pero dispersos. Está por ejemplo el efecto invernadero, la eficiencia energética, la escasez hídrica… pero no se conectan entre sí, no es que estén dentro de un marco de cambio climático, sino que hay que hacer una guía especial para el profesor, para que entienda que todos estos componentes se entrelazan con cambio climático. En tercero y cuarto medio ya está específicamente.
Otro avance importante se ha dado en la academia. Se ha conformado un comité científico COP25 de cambio climático que ha impulsado mucho las actividades, o la inclusión de estos mismos científicos en las escuelas.
En acceso a la información tenemos una ley de transparencia que apoya la publicación de toda la información en la página web del Ministerio; cualquier persona nos puede pedir cualquier información. Y lo que estamos tratando de hacer ahora es facilitar ese acceso: se ha desarrollado una nueva web con una tecnología más avanzada, ya que la anterior era una web muy poco atractiva para la ciudadanía. Creo que ese es el desafío: que los temas de cambio climático puedan permear con otros con los que están estrechamente relacionados, pero que las personas no logran relacionar. Los que trabajamos en cambio climático, la sociedad civil, el sector privado, estamos muy convencidos de que tenemos que trabajar en una mayor ambición, con mayores metas de mitigación en adaptación, pero las personas comunes y corrientes no lo tienen interiorizado, y eso es lo que tenemos que lograr con esta estrategia
Para avanzar es todos estos retos, ¿qué utilidad tienen los intercambios con otros países?
Es muy importante poder hacer estos intercambios con otros países porque al final cada país ha abordado las cosas de distintas formas. Tal vez nosotros hemos avanzado en algunas cosas un poco más que otros: tenemos, por ejemplo, un sistema nacional de certificación de establecimientos educacionales, que es algo que no tienen otros países, pero hay otros países que sí tienen ya una estrategia, como es el caso de Colombia o República Dominicana. Tal vez nosotros hayamos avanzado con algunas acciones específicas asociadas a sustentabilidad, pero hay que ver lo que nos va a permitir este intercambio, conocer cómo la experiencia de España, Francia, Italia y los otros países de la región, como Argentina, Perú, Bolivia -que tiene un tema más cercano con las comunidades indígenas, por ejemplo-. Todos podemos aprender unos de otros en esta estrategia, que es para todos los ciudadanos.