Posicionar el Acuerdo de París en el corazón de la relación UE-América Latina. Un resumen informativo preparado por Guy Edwards de la Universidad de Brown.
En diciembre del 2018, las negociaciones de la ONU sobre el cambio climático en Katowice, Polonia, concluyeron con éxito con la mayor parte del trabajo finalizado para la creación del reglamento del Acuerdo de París y con demandas crecientes para aumentar la acción climática en los próximos dos años. Durante las negociaciones, varios países de América Latina y el Caribe se unieron a la UE y a otros países para aumentar la ambición sobre el cambio climático para el 2020, guiados por los resultados del informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático para evitar la superación de 1,5 grados centígrados de calentamiento. Con base en su amplia cooperación en el cambio climático, la UE y América Latina pueden encabezar la construcción de una masa crítica de países dispuestos a presentar planes climáticos nacionales, alineados con el objetivo de París de 1.5 grados centígrados en el 2020.
La cooperación entre la UE y América Latina es ahora más importante que nunca
La cooperación UE-América Latina en materia de cambio climático es ahora más importante que nunca para lograr este objetivo. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático afirma que, sin una transformación global, el mundo podría alcanzar 1,5 grados centígrados de calentamiento en poco más de una década. Ambas regiones son muy vulnerables a los impactos del cambio climático. En el caso de América Latina, especialmente, el aumento del nivel del mar y eventos climáticos más extremos y frecuentes ya están afectando a la región. Permitir que el calentamiento global supere los 1,5 grados centígrados podría ser catastrófico para la región, incluida la pérdida de los arrecifes de coral, la desaparición de los glaciares andinos y la muerte de las selvas tropicales del Amazonas.
El último informe de la ONU sobre las Brechas en las Emisiones establece que los planes climáticos nacionales de la actual ronda de países nos sitúan en una trayectoria de aproximadamente 3 grados de calentamiento para finales de siglo. La salida programada de los Estados Unidos, del Acuerdo de París, agrega presión adicional para aumentar los esfuerzos de reducción de emisiones por parte de otras naciones y la provisión de financiamiento por parte de Europa y otros países desarrollados; en particular, a los países en desarrollo.
Juntos, Europa y América Latina, pueden aprovechar su experiencia pasada para llevar su cooperación en materia de cambio climático al próximo nivel. Ambas regiones están desempeñando papeles instrumentales en el avance de la implementación del Acuerdo de París. Estos esfuerzos demuestran el valor de la asociación birregional, que representa uno de los ejemplos más sólidos de cooperación mundial en materia de cambio climático. El avance del Acuerdo de París señala que estas asociaciones pueden asegurar resultados transformadores cuando los recursos y el capital político se invierten en diplomacia, formación de coaliciones y cooperación.
Este resumen informativo fue preparado por Guy Edwards, codirector del Laboratorio de Clima y Desarrollo de la Universidad de Brown. Se basa en una consultoría realizada para el programa EUROCLIMA+ para producir un estudio sobre las relaciones entre la UE y América Latina y el cambio climático. La información y las opiniones expuestas en este documento son las del autor y no necesariamente reflejan la opinión oficial de la Unión Europea. Ni las instituciones ni los organismos de la Unión Europea, ni ninguna persona que actúe en su nombre, serán responsables del uso que pueda hacerse de la información contenida en ellos.