- Los efectos del cambio climático están revirtiendo los logros conseguidos en el área de la igualdad de género.
- La participación de la mujer es crucial en la lucha contra el cambio climático
San José, 28 de marzo de 2023. El pasado mes de noviembre, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) participó en el 27º período de sesiones de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también conocida como COP 27, organizada por el Gobierno de Egipto en Sharm el Sheij. La COP 27 ha brindado a la comunidad internacional la oportunidad de catalizar el progreso tan esperado en materia de acción por el clima, también es una oportunidad para remarcar el liderazgo de África para abordar el problema del cambio climático y su visión de lograr un futuro justo y sostenible que no deje a nadie atrás.
Pero, aunque ha sido muy polémica y algunos sectores consideran que los acuerdos alcanzados son de mínimos, la pregunta que nos surge es ¿cómo se ha avanzado en el compromiso para la incorporación de la igualdad de género en la agenda de lucha contra el cambio climático?.
Sabemos que los efectos del cambio climático están revirtiendo los logros conseguidos en el área de la igualdad de género. Las mujeres y las niñas enfrentan mayores obstáculos para lograr la adaptación climática, produciéndose repercusiones económicas desproporcionadas. Efectos como una mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y riesgos más elevados de violencia debido a los efectos agravantes de la crisis climática. Estas desigualdades de género profundamente arraigadas han empeorado después de la pandemia de COVID 19, y, en consecuencia, más mujeres y niñas están expuestas a los riesgos climáticos y reduciéndose sus capacidades para impulsar soluciones.
También sabemos que las mujeres son cruciales en la lucha contra el cambio climático. Debemos abandonar el relato de que las mujeres y las niñas son víctimas vulnerables y promover el liderazgo y la participación de las mujeres en todas las acciones por el clima. Como agricultoras, productoras, trabajadoras, consumidoras y administradoras de hogares, las mujeres son agentes importantes de cambio en la implementación de vías de desarrollo con bajas emisiones de carbono y resiliencia al clima. De acuerdo con las nuevas pruebas, la representación de las mujeres en los parlamentos nacionales puede llevar a los países a adoptar políticas más estrictas sobre el cambio climático.
Las mujeres rurales e indígenas en la primera línea de la crisis están utilizando conocimientos y prácticas ancestrales para crear resiliencia en un clima cambiante, y las jóvenes y las niñas han estado liderando movimientos globales que han modificado efectivamente el discurso climático en cuestión de años.
En el 66.º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW 66), que tuvo lugar en marzo de 2022, los Estados miembros reconocieron que la participación plena e igualitaria de las mujeres y las niñas en el proceso de toma de decisiones y los puestos de liderazgo son fundamentales para llevar a cabo una acción climática efectiva. La Comisión también pidió a los Gobiernos que incorporen la perspectiva de género en el diseño, la financiación, la ejecución, el seguimiento y la evaluación de todas las políticas y programas sobre el cambio climático.
En este marco, para las iniciativas que implementa AECID a través de EUROCLIMA+, la pregunta a la que debemos responder es ¿cuáles estrategias ponemos en marcha para reducir las brechas de desigualdad entre los géneros que se han visto agravadas en los últimos años en América Latina?.
No podemos obviar que los modelos de desarrollo guardan una estrecha relación con la construcción de los riesgos y de las relaciones de poder entre las personas basadas en su identidad de género, edad, origen étnico-racial, pertenencia al ámbito rural o urbano, disfunción, nivel socioeconómico, orientación sexual, entre otras. Esto implica que los modelos de desarrollo tengan el potencial de aumentar, mantener o disminuir los riesgos y las desigualdades sociales. Un modelo de desarrollo inequitativo y no sostenible contribuirá a construir mayores riesgos y relaciones más desiguales entre los diversos géneros. Por el contrario, los modelos de desarrollo más humanos, equitativos y sostenibles generan mejores condiciones para reducir y enfrentar los riesgos y superar las desigualdades.
Situado en esta perspectiva, el enfoque de la Gestión del Riesgo de Desastres enfatiza la necesidad de avanzar hacia el logro de un desarrollo humano, equitativo y sostenible, como condición para construir sociedades más seguras y con iguales oportunidades, derechos y trato para todos y todas. Destaca la necesidad de considerar los diferentes impactos de los desastres en hombres y mujeres en toda su diversidad, así como las desigualdades que todavía afectan a las mujeres y niñas en la mayoría de las sociedades y que contribuyen a que las vulnerabilidades se sigan construyendo de forma diferenciada.
Sin embargo, la incorporación del enfoque de género en la mayor parte de las iniciativas destinadas a la gestión y reducción del riesgo de desastres es todavía incipiente. Esto reduce la eficiencia e impacto de las políticas, programas o iniciativas que se están desarrollando, convirtiéndolas en muchos casos en medidas que profundizan las desigualdades persistentes.
La existencia de condiciones de riesgo, así como la ocurrencia de desastres, no sólo está determinada por la amenaza de que se presente un fenómeno peligroso de origen natural o humano, sino fundamentalmente por la existencia de condiciones de vulnerabilidad. El enfoque de la gestión del riesgo de desastres analiza el riesgo como el resultado de la conjunción entre la presencia de una amenaza y el grado de vulnerabilidad y de capacidad de respuesta y adaptación de la población expuesta a la amenaza. De allí que la magnitud del impacto de un desastre esté directamente vinculada a las vulnerabilidades y capacidades preexistentes en la población afectada.
Diversos estudios sobre el impacto de los desastres en las poblaciones han puesto de manifiesto que las vulnerabilidades y las capacidades de las poblaciones no son homogéneas. Condicionantes basados en el género, la condición social, la etnia, la edad, la religión, entre otros, hacen que dentro de una misma población afectada existan diferencias y desigualdades en sus posibilidades de enfrentar y recuperarse de un desastre. Dichos estudios han permitido constatar que la ocurrencia de una amenaza profundiza las desigualdades y las vulnerabilidades preexistentes y que las intervenciones para la reducción de riesgos que abordan a la población como un todo homogéneo pueden conducir a profundizar las desigualdades preexistentes.
Es en atención a estas diferencias y desigualdades que se plantea la necesidad de articular el enfoque de reducción y gestión del riesgo y la perspectiva de género. La incorporación de dicha perspectiva a la gestión del riesgo contribuye a identificar y analizar las causas del impacto diferenciado de los desastres en varones y mujeres; ayuda a comprender mejor la situación de las poblaciones expuestas a una amenaza, a atender de manera más específica las necesidades y prioridades de mujeres y hombres, de niños y niñas y facilita el diseño de medidas más apropiadas y eficaces.
Autor/a: Carmen Rodríguez Losada, consultora especialista en Género
Sobre EUROCLIMA+
Euroclima es un programa financiado por la Unión Europea y cofinanciado por el gobierno federal de Alemania a través del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ), así como por los gobiernos de Francia y España a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
El Programa tiene como misión reducir el impacto del cambio climático y sus efectos en 33 países de América Latina y el Caribe, promoviendo la mitigación, la adaptación, la resiliencia, la inversión climática y la biodiversidad. Para esto se implementa según el “Espíritu del Team Europe” bajo el trabajo sinérgico de siete agencias: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Grupo AFD: Agencia Francesa de Desarrollo (AFD)/ Expertise France (EF), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH, el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).